EL EJEMPLO DE LOS ENFERMEROS NEUQUINOS

Durante gran parte del mes de diciembre y comienzos de 2014 fue notoria en los medios de comunicación locales la crisis que vive la salud pública en la provincia del Neuquén. Los gremios que representan a los trabajadores de la salud salieron a realizar sus reclamos al unísono. Dentro de ese racimo gremial se encontraba presente un gremio que hace muy poco tiempo se conformó, pero que, a pesar de ser una minoría aún, salió a la calle con su bandera de reclamos. Ese gremio es el de los enfermeros neuquinos SEN. Lamentablemente con el correr de los días, y como era de esperar, los gremios (gremialistas) mayoritarios que ¿representan? al conjunto de los trabajadores negociaron con el gobierno neuquino y dieron por finalizado el conflicto.
He aquí el ejemplo de los colegas neuquinos: no negociaron migajas (¿no los pudieron sobornar?), continuaron en la calle con su reclamo a pesar de la falta de solidaridad de los monstruos neuquinos UPCN y ATE, y llevaron su lucha sin cuartel sólo con el apoyo de una minoría de colegas. Sabiamente se llamaron a continuar la lucha dentro de los hospitales (considero que fue una decisión muy estratégica que les permitiría analizar, planificar acciones y tratar de recolectar más afiliaciones para fortalecerse) pero sin bajar los brazos.
Lo positivo de esto es que por primera vez en los medios regionales figuramos los enfermeros representándonos a nosotros mismos, demostrando que somos capaces de hacerlo.
La atención en los hospitales se vio muy afectada, a tal punto que el gobierno neuquino pretendió contratar enfermeros retirados y jubilados para cubrir la necesidad.
Pudo constatarse que los gremios que dicen “representar a la mayoría” no lo hacen ya que negociaron sin tener en cuenta las necesidades y planteos de los enfermeros (Es muy evidente que les queda demasiado grande la palabra “compañero” que tanto utilizan en los discursos y entrevistas).

Creo que en Río Negro ha llegado el momento de emular a nuestros colegas y formar nuestro propio sindicato. Los enfermeros neuquinos demostraron que no se debe tener miedo, que se pueden desmoronar viejas estructuras y que es el momento propicio para ser protagonistas de nuestro futuro.

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